Aconsejamos collares y correas de nylon, ya que es un material resistente, suave para el perro y pesa poco. La correa debe ser larga, de un metro y medio aproximadamente, para que el perro tenga la opción de separarse de nosotros y volver a nuestro lado (un aspecto importante para enseñarle a no tirar de la correa). Si es demasiado corta, la correa puede estar siempre en tensión y no le permitirá explorar su entorno. Una correa extensible tampoco es una buena opción porque está permanentemente en tensión, por lo que la comunicación con el perro es imposible.
También recomendamos que el cierre del collar sea de "click" y no tipo cinturón, ya que si en un momento el collar se le engancha a algún sitio, algún perro jugando le agarra del collar, o algún niño tira del collar, provocando riesgo de asfixia con un simple "click" podemos liberar al perro. El collar debe estar "suelto" (que se pueda separar del cuello del perro unos dos dedos) para que el perro note cuando se tensa la correa, pero debemos asegurarnos que de ningún modo el collar se puede salir por la cabeza del perro por estar "demasiado suelto".
Es muy importante comunicación que se establece en el paseo a través de la correa y el collar. Es por ello que desaconsejamos el arnés, pues al ser más envolvente, la presión y el tacto se distribuye por un área mucho mayor del cuerpo y la información se disipa. Al perro le cuesta más interpretar qué esta pasando a través de la correa si se la atamos a un arnés.
La técnica es muy sencilla aunque deberemos repetirla muchas veces:
El refuerzo verbal es aquel sonido que hacemos y que el perro relaciona con algo positivo. Puede ser un "muy bien" o un sonido similar al que haces cuando lanzas besos, por ejemplo. Este refuerzo se consigue haciendo ese sonido cada vez que le damos algo agradable al perro, como comida, atención, juego o caricias, de manera que el perro acaba asociando el sonido con algo agradable.
Es muy interesante que el perro tenga un refuerzo verbal cuando vaya a salir a pasear para poder ir confirmando su actitud sin agacharnos ni parar la marcha cada vez que haga aquello que queremos, como venir a nuestro lado, ignorar una distracción o soltar algo que coja con la boca. Presta atención a la manera en la que ofreces el refuerzo verbal, ya que debe expresar la intención que intentas comunicar. El tono y la intensidad de tu voz debe ser coherente con la expresión de felicidad y alegría que quieres transmitir a tu perro. Cuanto más claro sea tu refuerzo, más rápido aprenderá.
Como ya leíste en este artículo, cuando un perro es premiado al hacer algo, hay más posibilidades de que lo vuelva a hacer. Por ello, intenta reforzar a tu perro cada vez que haga una buena interpretación de la correa, supere alguna dificultad o miedo o cuando atienda a una orden.
Además del refuerzo verbal, hay otros refuerzos con el que podemos complementar la confirmación de la actitud del cachorro para que le quede súper claro que ha hecho algo que nos agrada enormemente.
Como refuerzo fundamental tenemos la caricia, ya que siempre vamos a tener disponibles las manos para poder premiarlo junto con el refuerzo verbal. La caricia hay que darla siempre que el perro está cerca nuestra, para confirmar que queremos que esté a nuestro lado durante el paseo. Para ello aconsejamos que le acaricies el mentón con la mano que no tiene la correa mientras le refuerzas verbalmente. A los perros no les suele gustar mucho los típicos golpecitos sobre la cabeza, mejor pasar la mano con intención de caricia desde la garganta hasta la barbilla, de manera que el perro levantará la cabeza y establecerá contacto visual con nosotros.
Otros refuerzos interesantes son la comida o el juego. Te sugerimos que reserves la comida para grandes hitos en su aprendizaje, momentos en los que claramente se ha superado (como pasar sobre una rejilla que le daba miedo) y el juego es ideal para terminar el paseo.
Nuestro cachorro está aprendiendo a adaptarse al mundo que le rodea y es natural que sienta cierta inseguridad cuando se encuentra algo nuevo en el paseo. Hay muchas cosas que pueden provocarle miedo, como el ruido del camión de la basura, pasar por un paso elevado, un perro ladrando a través de una valla, bajar unas escaleras...Para ayudar a nuestro cachorro a superar una situación inofensiva que le genera miedo, te damos las siguientes pautas: