Cuando nuestro Australian Cobberdog se une a la familia es el momento ideal para utilizar el parque. Debemos utilizarlo sobre todo en su fase de aprendizaje (hasta los ocho meses aproximadamente). Con el parque, evitaremos que nuestro cachorro aprenda a hacer cosas que no debe hacer y que pueden ser perjudiciales para su salud y peligrosas para su seguridad. Además se convertirá en la zona de descanso del cachorro.
El parque se utiliza cuando no podemos estar con la atención puesta sobre el cachorro, por ejemplo cuando estamos cocinando, cuando estamos durmiendo o cuando salimos de casa, entre otras situaciones. El parque nos aportará siempre seguridad y tranquilidad. No es nada recomendable dejar a nuestro cachorro libre por toda la casa sin ninguna supervisión. Los cachorros son muy curiosos y tienden a conocer el mundo que le rodea con su boca. Puede comer o morder cualquier cosa y sin una atenta supervisión no podemos garantizar una seguridad absoluta si anda suelto por nuestro hogar. En este sentido, el parque funciona como un parque para bebés.
El parque nos permite relajarnos no solo a nosotros, sino también al cachorro. Se convertirá en su zona de descanso, es decir, un lugar que no debe ser molestado bajo ningún concepto y que debemos respetar. No podemos permitir que los niños le den a los barrotes, que le tiren objetos desde fuera o que le llamen o provoquen sin que el perro pueda salir. El parque es un lugar de intimidad para el perro, y el cachorro debe sentirse seguro y protegido dentro de él para poder descansar, jugar, hacer sus necesidades o comer sin una amenaza constante de ser sobresaltado.
Por otra parte, el parque tiene una importancia muy grande para la educación del cachorro. Para el perro, los precedentes son muy importantes en su aprendizaje a la hora de crear pautas. Si el cachorro sin supervisión hace algo que no debería, es muy probable que cree una pauta y eso que no queremos que haga lo repita. Hacer desaparecer una pauta en un perro es una tarea complicada, por lo que debemos intentar que no haya malos precedentes. Esto se consigue supervisando al cachorro siempre que esté suelto por casa, impidiendo que haga eso que no debería, y dejándolo en el parque cuando no podamos estar atentos a lo que hace.
Ahora que ya sabemos que el parque es una zona delimitada para nuestro cachorro, tenemos que saber cómo usarlo y cómo potenciar su uso de manera eficiente y efectiva.
Los parques con paneles metálicos son los más resistentes, son fáciles de limpiar y permiten adoptar la forma y el tamaño de la zona delimitada a nuestro gusto y a las necesidades de nuestro cachorro. Los materiales y las cosas que siempre deben estar dentro del parque de nuestro cachorro son:
Es recomendable que la cama permita lavarse en la lavadora y se haga semanalmente.
Lo ideal es tener una bandeja para empapadores sobre el que pulverizaremos atrayente de micción. Esto atrae a los cachorros para que hagan sus necesidades y para que aprendan a hacerlas en el lugar seleccionado. Lo ideal es situar esta zona lo más lejos que permita el parque de la cama, del agua y la comida, para evitar confusiones.
El cachorro siempre comerá dentro del parque para que asocie el parque con un estímulo muy positivo. La comida se la retiraremos a los quince minutos, por norma general. El agua, que se la dejaremos siempre a disposición dentro del parque.
Para que no se aburra y se pueda distraer. El material más apropiado de los juguetes es el caucho, porque puede ser mordido y protege los dientes sensibles del cachorro. Sin embrago, los juguetes de tela o madera son desaconsejables porque se rompen fácilmente y si nuestro cachorro se los traga (porque no tiene nuestra supervisión para impedírselo), puede tener graves problemas digestivos. Además, si muerde un juguete de tela o madera, podría asociar el tejido a algo que le está permitido morder y no sería raro que después intentara morder el sofá o cualquier otro mueble. Igualmente debemos procurar ofrecerle juguetes de calidad para perros, que sean muy difíciles de romper para evitar atragantamientos letales sin nuestra supervisión. Lo barato puede salir muy caro.