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Trucos para suavizar el juego bruto de tu perro

Gestionar la forma de jugar de tu mascota es vital para su equilibrio y vuestro vínculo






EL JUEGO EN LOS PERROS

Tiempo de lectura aproximada: 6 minutos

Jugar es algo más que un entretenimiento o diversión para los perros. Además de la parte lúdica, que también es muy importante, a través del juego desarrollan fuertes vínculos con sus dueños, se sienten estimulados y retados, lo cual mejora su salud mental, aprenden sobre el entorno y un largo etcétera de beneficios que les aporta un gran bienestar.


Perros jugando juntos.

Sin embargo, y por diversos motivos, algunos perros pueden desarrollar una manera de jugar demasiado bruta, lo que convierte este momento en un trance desagradable tanto para el animal como para los otros perros o para nosotros mismos, que podemos incluso acabar heridos con un buen mordisco. Este tipo de juego tan fuerte dificulta el vínculo con nuestra mascota y puede traernos numerosos problemas.

En contra de esto, el juego debería ser siempre dinámico y alegre, pero al mismo tiempo tranquilo, sin sobreexcitar al animal y cortando de raíz cualquier conducta bruta o demasiado fuerte por parte de nuestra mascota. ¡Veamos cómo hacerlo!

Índice del contenido


- ¿Por qué mi perro juega demasiado fuerte?

1. Rebaja la tensión

2. Mejor juegos cortos

3. Elige el juego ideal

4. Finaliza el juego cuando sea necesario

5. No lo riñas ni lo castigues

6. Atento a las señales

7. Con otros perros

- El juego perfecto con tu perro

¿Por qué mi perro juega demasiado fuerte?

Alrededor de las 4 semanas de edad los cachorros empiezan a explorar el juego con su madre y sus hermanos. De hecho, una de las primeras cosas que aprenden es a controlar la fuerza de la mordida. Sin embargo, para que este aprendizaje se produzca, hay que permitir que los perros de la camada se relacionen entre ellos, sin intervenir innecesariamente, dejando que el propio animal se autorregule si detecta que ha hecho daño a otro de los perritos. Esta primera lección es muy importante para evitar que el perro desarrolle un comportamiento inapropiado a la hora de jugar, pero hay otros factores que influyen y provocan un juego demasiado bruto o fuerte, como una separación prematura de su camada, malas prácticas de los propietarios a la hora de jugar o algunos trastornos de salud mental como la ansiedad. Te dejamos algunos consejos para suavizar el juego de tu perro cuando las cosas se pongan demasiado intensas.




1. Rebaja la tensión


Perro jugando de manera intensa

El primer consejo puede parecer obvio, pero muchos de los propietarios que se quejan del juego bruto de sus perros desconocen que ellos mismos provocan esta situación con una manera de jugar demasiado intensa. Para que el juego sea beneficioso y divertido para tu mascota el nivel de excitación de esta tiene que ser el justo y necesario. Tan malo es que se aburra y no lleguemos a despertar su interés, como que lo sobreexcitemos y se ponga demasiado nervioso. Puedes evitar que tu perro juegue con ansiedad controlando tu actitud. No alces la voz ni hagas movimientos muy bruscos durante el juego, como grandes saltos, pisadas, intentar atrapar a tu perro o cualquier gesto que sientas que le provoca un nerviosismo exagerado. Es normal que tu perro se muestre curioso, divertido y emocionado durante el juego, pero tú mejor que nadie lo conoces y sabes cuando esa excitación se pasa de la raya. Cuando esto suceda, detén el juego y espera a que los ánimos se calmen.




2. Mejor juegos cortos


Perro jugando calmadamente

Si tu perro tiene tendencia a ponerse un poco nervioso con el juego, te recomendamos optar por sesiones cortas pero frecuentes durante el día. Mejor que un solo rato de juego muy largo e intenso para tu mascota, en el que más fácilmente podrían subir sus niveles de excitación, opta por juegos cortos más veces al día, lo que probablemente os ayude a mantener un grado de intensidad medio mucho más beneficioso para ambos.




3. Elige el juego ideal


Perro jugando con una pelota

No nos cansamos de explicar lo importante que es observar y conocer a tu mascota. Así sabrás qué tipo de juegos le gustan más. Y, ojo, estos no son con los que más excitado y nervioso se muestra, sino todo lo contrario. Encuentra un juego con el que tu perro se muestre súper entretenido y curioso pero en el que no se disparen sus niveles de ansiedad. Algunos juegos muy atractivos para los perros y que no suelen conllevar una gran excitación son jugar al escondite, a tirar y que te devuelva la pelota, juegos de agilidad con gymkanas o seguir el rastro de premios escondidos por la casa. En general, no recomendamos jugar con las manos o los juegos de quitarle el juguete a lo bruto al animal, ya que este podría desarrollar conductas de protección y el juego no será nada agradable para él. Si lo que queremos es que el perro nos devuelva el juguete, lo mejor es que se lo pidamos y le ofrezcamos un premio para hacer un intercambio.




4. Finaliza el juego cuando sea necesario


Finalizando juego con el perro

Para que tu mascota comprenda qué tipo de juego es admisible y cuál no lo es, es imprescindible que detengas inmediatamente la actividad cuando muestre un juego demasiado fuerte o ansioso. Si tu perro intenta saltar sobre ti, te busca las manos para morderlas o juega con demasiada fuerza, para en seco el juego. También puedes ayudarte de la palabra “NO” para remarcar la conducta indeseable y, acto seguido, pasar a ignorar al animal durante un rato. De esta forma, y si eres constante cada vez que juguéis, tu perro interiorizará que si se pasa de bruto, se acabará la diversión, aprendiendo a comportarse de forma más relajada durante el juego.




5. No lo riñas ni lo castigues


Perro recibiendo corrección suave

Gritar, reñir o castigar a tu perro no sirven de nada para hacerle cambiar de actitud, y menos en una situación de elevada energía en la que lo que intentamos es, precisamente, calmarlo. Si tu perro te hace daño durante el juego, quéjate con un sonido alto y claro, para que le quede claro que con ese nivel de fuerza es peligroso jugar, pero no lo riñas ni, por supuesto, le des con la mano o le tires el juguete o cualquier gesto agresivo. Después de quejarte, para el juego y reanúdalo más adelante cuando tu mascota esté más calmada. En este momento, puedes incentivar la buena conducta con un premio para que entienda que lo que deseas de él es un juego tranquilo.




6. Atento a las señales


Lenguaje corporal del perro durante el juego

Los perros no hablan con la voz, pero lo hacen con su postura corporal. Si crees que es difícil distinguir a un perro que disfruta y se divierte con un juego no estresante, de otro animal que está sobreexcitado y muy nervioso, presta atención a estas señales: la posición de la cola en tensión, las orejas bajas, los bostezos excesivos o la falta de contacto visual son algunos signos de que tu perro no está relajado mientras juega. Y es que si no gestionamos bien el juego con los perros puede convertirse en un estímulo negativo para ellos, ya que activará su respuesta de protección de recursos y otros mecanismos de ansiedad.




7. Con otros perros


Perros jugando juntos

Si cada vez que tu perro se pone a jugar con otro perro en la calle o en el parque sufres por si el feliz pasatiempo se acaba convirtiendo en una lucha encarnizada, ten en cuenta esto. Los perros tienen su propio sistema de comunicación interno y sus códigos de conducta compartidos. La mayoría de veces saben resolver las situaciones de conflicto por ellos mismos, por lo que deberías intervenir lo menos posible incluso en caso de que las cosas se pongan tensas. Lo más normal es que después de cierto intercambio de señales, uno de los perros se retire, pero si comienzan una pelea y temes por la integridad de tu perro, te recomendamos buscar la ayuda del propietario del otro perro y tratar de separar a los animales desde atrás, siempre con mucha calma y tranquilidad, sin aspavientos, gritos, ni alarma. Si nos alteramos, solo conseguiremos aumentar la tensión de la situación, lo que podría agravar la pelea. De igual manera, instruir a tu mascota en un juego divertido pero cuidadoso en casa lo ayudará a la hora de trasladar este comportamiento al juego con otros compañeros caninos, así que nunca juegues a lo bruto con tu perro pensando que no lo hará en la calle o con perros más grandes que él.


El juego perfecto con tu perro

Perro y niño compartiendo

Perseguir, lanzar, correr, saltar… El juego ideal con tu perro es aquel que os permite pasar un rato agradable y de calidad juntos. Jugar es una de las mejores maneras de ejercitar, estimular y divertir a tu mascota, y además, es una actividad que fortalece un vínculo sano entre los dos.

Hay perros muy juguetones, como los Australian Cobberdog, que sienten una gran curiosidad por todo lo que los rodea y se lo pasan en grande interactuando con todos los miembros de la familia y otros animales. Además, por su temperamento tranquilo, tienden a un juego relajado que los estimula pero no los estresa, siempre que los ayudemos con un buen adiestramiento y una correcta actitud por nuestra parte.

Es muy importante que enseñes a tu perro qué tipo de juego quieres desarrollar y qué conductas brutas o de fuerza no son de tu agrado. Así lo ayudarás a eliminar la ansiedad en el juego y a evitar conflictos con otros perros. ¡Y a seguir disfrutando juntos!