Tiempo de lectura aproximada: 9 minutos
No son pocas las ocasiones en las que, siempre movidos por nuestra mejor intención, trazamos paralelismos equivocados entre el organismo y necesidades de nuestra mascota y los nuestros propios. Muchas personas aprovechan la llegada de las altas temperaturas para cortarse el pelo y sentirse más frescos. Creyendo que sus perros también se beneficiarán de este cambio de look, deciden raparles el pelo para que no tengan tanto calor. Sin embargo, debes saber que el manto de los perros juega un papel muy importante en su salud, por lo que nunca debemos eliminarlo por completo. Además, a diferencia de nuestra piel, que está preparada para soportar mejor los agentes externos como el sol o la lluvia, la de tu mascota es mucho más sensible, y es por ello que necesita la protección del pelo los 365 días del año.
Para defenderse del entorno, en algunas razas el manto está compuesto por dos partes, una más profunda y de pelos más finos que los protege del frío (y que es la que mudan dependiendo de la estación), y otra más superficial formada por pelos más gruesos y que combate la radiación solar, la lluvia y otros agentes externos. Al rapar a un perro, estaremos eliminando su barrera protectora y dejando totalmente expuesta su piel. Otras razas como el Australian Cobberdog no mudan ni tienen subpelo, pero su manto es igualmente su protección para el frío en invierno y para no quemarse de las radiaciones solares en verano, por lo que no debemos raparlos y sí cepillarlos a diario para que la piel respire y no sientan más calor en verano.
1- Funciones del pelo de tu perro y por qué no deberías raparlo
2- ¿Cómo puedo ayudar a mi perro a combatir el calor?
Para los perros resulta algo más complicado que para los humanos autorregular su temperatura corporal. Uno de los mecanismos que tienen para ello, además del jadeo, es su pelo. El manto de tu mascota es capaz de regular tanto el frío como el calor a través de una cámara de aire que se genera en su interior. Si rapas a tu perro en verano, la temperatura de su cuerpo subirá más y de manera más rápida, ya que los rayos del sol incidirán en su piel directamente. Esto provocará que tu perro se sienta más acalorado, aletargado e incluso podría sufrir un golpe de calor.
Seguro que alguna vez has visto alguna garrapata o bichito adheridos al pelo de tu mascota, y es que una de las funciones del manto del perro es combatir los insectos y parásitos como las pulgas, las garrapatas o los mosquitos. Con el pelo totalmente rapado, estos bichos entrarán directamente en contacto con la piel, un órgano fino y, como decíamos, más vulnerable en el caso de los perros. Para estos agentes externos será mucho más fácil penetrar en el organismo, pudiendo transmitirle a tu perro enfermedades muy graves como la leishmaniosis.
El pelo de tu perro tiene la función de protegerlo de la radiación solar, lo cual no solo lo ayuda a que no sienta tanto calor, sino que previene las quemaduras. Si la piel de tu mascota no tiene pelo que la proteja, podría sufrir abrasiones, erupciones y, a largo plazo, enfermedades muy serias como el cáncer de piel. Además, el manto de tu perro también lo protege de otras inclemencias del tiempo, como el frío o la lluvia.
Rapar regularmente a tu perro cuando llega el verano puede acabar debilitando sus fibras capilares. Cuando cortamos al cero el pelo de este animal, la capa inferior de su manto comienza a crecer más rápidamente que la capa superior, asfixiando a esos pelos más gordos de la superficie que protegen al animal del calor y los parásitos. Como consecuencia, pueden generarse calvas y ronchas, que a largo plazo podrían derivar en una alopecia más generalizada. Además, el pelo puede enredarse más fácilmente, causándole nudos, lo que también facilita su caída y empeora su calidad.
Sin la capa protectora de pelo, la piel de tu mascota será mucho más vulnerable a todo tipo de lesiones, como roces de la correa, heridas que pueda hacerse accidentalmente jugando, golpes, etc. El manto de tu perro lo ayuda a proteger su piel y a mantenerla en buen estado.
Aunque esta es la razón menos importante, seguro que no disfrutas viendo el bonito manto de tu mascota convertido en un estropicio. La verdad es que aunque usar una maquinilla eléctrica para rasurar el pelo no es una tarea difícil, la mayoría de las personas no somos expertas, por no hablar de que no tiene nada que ver rapar una cabeza de persona con rapar el cuerpo de tu peludo. Algunas razas de perro, como el Australian Cobberdog, tienen un manto precioso, suave y frondoso que forma parte de su personalidad y espíritu. Es por eso que, si los rapamos, los estaremos despojando de todo su carácter.
Además, hay algunos trucos que puedes poner en práctica en casa para refrescar a tu amigo peludo, como cepillarlo habitualmente para retirar el exceso de pelo, evitar las horas de sol y calor durante los paseos o incluso comprar una camita refrigerante. Por supuesto, no olvides ofrecerle abundante agua fresca para que se hidrate o, si quieres hacerlo más divertido, prepara unos helados caseros con ingredientes que tengas por la nevera y sean seguros para él. ¡Así se sentirá mucho mejor! (Helados caseros)